¿Qué es el coeficiente intelectual?
El coeficiente intelectual, es una cifra mediante la cual medimos la inteligencia de cada persona. Para poder determinar esta cifra es necesario que cada persona se someta a una serie de pruebas, que permitan medir la edad mental y la edad cronológica para luego determinar el cociente intelectual.
Para realizar esta medición se realizan una serie de pruebas donde se incluyen problemas de lenguaje, matemáticos, lógicos y espaciales entre otros. Los resultados obtenidos se valoran con respeto a los del resto de la población, para obtener una media. De esta forma, podemos determinar si el coeficiente intelectual está dentro de unos valores estándar, por encima de la media, o por debajo de la media.
¿Cómo se calcula el coeficiente intelectual?
Aunque hay diferentes pruebas para determinar el coeficiente intelectual, ese utiliza principalmente la escala Wechsler. Diferenciando la escala Wechsler Adult Intelligence Scale (WAIS) para los adultos y la Wechsler Intelligence Scale for Children (WISC) para los menores.
En la prueba WISC, se encuentran cuatro tipo de ejercicios:
- Compresión verbal.
- Razonamiento perceptivo.
- Memoria operativa
- Velocidad de procesamiento.
Puntuaciones del test WISC
- Menos de 70 puntos: Perfil de muy bajo rendimiento.
- Entre 70 y 79 puntos: Nivel de inteligencia limítrofe.
- Entre 80 y 89 puntos: Bajo, dentro del promedio.
- Entre 90 y 109 puntos: Promedio normal.
- Entre 110 y 119 puntos: Alto, dentro del promedio.
- Entre 120 y 129 puntos: Nivel de inteligencia superior al promedio.
- Más de 130 puntos: Nivel de inteligencia muy superior al promedio. Altas capacidades intelectuales.
El TDAH y el coeficiente intelectual
La inteligencia de los menores con Trastorno de Deficit de Atención e Hiperactividad no se ve alterada por dicho trastorno. Un menor con TDAH puede tener dificultades cognitivas, tener una inteligencia normal o ser sobredotado, en otras palabras puede tener la misma diversidad que un menor sin TDAH.
Aunque, si es cierto, que en caso de que un menor tenga un coeficiente intelectual de más de 130, es decir, un menor con altas capacidades intelectuales es más difícil detectar este trastorno, dado que las habilidades cognitivas se pueden compensar con las diferentes dificultades ocasionadas por el TDAH.
También, se debe destacar que los menores sobredorados se suelen aburrir en el aula y acaban por mostrar conductas que son bastante similares a las de un menor con TDAH.